Dormitorio 2: Tomoe Yoh y Kanata Nanami

Sólo podrán postear aquellos que habitan este dormitorio, a menos que expresamente hayan invitado a alguien. Favor de no olvidar las reglas.

Hah... -el pelirrojo llegó al fin a su dormitorio, después de un buen rato caminando. El equipaje que traía ya le empezaba a pesar- Vamos a ver... -abrió cansadamente la puerta, para luego quedar absolutamente sorprendido. Hasta el cansancio se le fue del shock.
El dormitorio era espacioso y con una vista hermosa; los muebles eran de caoba y todo parecía perfecto- Creo que la pasaré muy bien aquí... Me pregunto cómo será mi compañero de cuarto...? -se quedó pensando en eso mientras organizaba un poco su equipaje en la que decidió sería su habitación-

Caminaba tranquilamente por los pasillos pensando en que aquella escuela no estaba nada de mal. Tenía lindos jardines donde podría relajarse y, lo más probable, dormir tranquilamente sin ser descubierto si lo llegara a necesitar.

Detuvo su andar frente a una puerta que marcaba el mismo número que la llave que le habían entregado. Luego de un par de preguntar al fin había llegado.

Aunque ya se estaba ambientando a lo grande que eran los campus de aquella escuela nunca se pudo imaginar que las habitaciones fueran igual de elegantes. Soltó una risita ahogada y procedió a examinar el lugar. El living del ligar contaba con una esplendida vista y sobre todo se fijo en la gran vista que le esperaría al anochecer ya que ningún árbol o edificio obstaculizaban su vista al cielo.

Giro sobre su eje y se fue a lo que parresia una de las habitaciones. Si le gustaba se quedaría con ella pensó, pero en cuanto abrió la puerta vio a un chico que desempacaba sus cosas hasta que él lo saco de su transe

-Oh! Disculpa, creí que estaba solo aquí –se excuso- Yo! –levanto su mano en forma de saludo- Soy Nanami Kanata y creo que seremos compañeros de habitación –rio un poco-

-se le quedó mirando un momento, como escudriñándolo. Luego, sin sonreír, le extendió la mano- Enchanté. Mi nombre es Tomoe Yoh. -sin esperar a que el otro terminara de estrechar su mano, regresó a su tarea de ordenar sus cosas. No estaba acostumbrado a tratar con gente, y este chico Kanata parecía demasiado ruidoso para su gusto. No parecía que se fuera a llevar muy bien con él.- Como ya sabes, esta es mi habitación. Je suis desolé, tendrás que escoger la otra -dijo casi inexpresivamente- Por ahora estoy algo cansado, así que me gustaría que no hicieras mucho ruido. Y no creo que vayamos a ser amigos. Aún así, si necesitas algo, puedes avisarme -y sin mucho miramiento, se levantó y prácticamente empujó al otro fuera de su habitación, cerrando la puerta por dentro. Suspiró y terminó de ordenar sus cosas. Sabía que había sido un poco cruel, pero realmente estaba cansado. Ya se ocuparía de disculparse luego-

Pestaño un par de veces sin enterarse bien de lo acababa de pasar. Luego, casi al instante frunció su entre cejo y surco sus labios hacia abajo mostrando su enojo- vaya modales enano! -le grito desde afuera- Si yo quiero puedo hacer tanto ruido como se me dé la gana. Me tiene sin cuidado de si te molesta o no! Es más, creo que me vendría como anillo al dedo el que te disgusta –siguió gritando mientras caminaba al otro extremo de su dormitorio para llegar a la otra habitación disponible- Tsk! Maldito engreído sin modales. Solo porque sea francés no le da derecho a ser tan odioso –dijo cerrando la puerta tras de sí-

No lo había nota. Su compañero era francés…Bueno, eso no importaba mucho. Lo que importaba era que iba a ser una molestia de compañero.

-lo oyó gritar al otro lado de la puerta y frunció el ceño. Tal como había imaginado, el chico era un ruidoso. Suspiró y se acostó, pensando en el hecho de que iba a tener que disculparse cuando se despertara. Miró el cielo; ya estaba atardeciendo y empezaban a brillar unas cuantas estrellas. Se dio cuenta de la lejanía en la que estaban- Haruka kanata no hoshitachi... -susurró una de las frases que solía canturrearle su madre cuando era pequeño. Por alguna razón, el rostro de su insufrible nuevo compañero se le vino a la mente. Vaya idiota resultó ser. Él hubiera preferido a alguien... no tan diferente a él mismo. Se dio un par de vueltas en la cama y se aprestó a dormir al menos unas cuantas horas.

Mientras refunfuñaba y sacaba cosas de su maleta noto que la noche comenzaba a hacerse presente en su ventana y las luces del cielo brillaban imperturbables. Camino hasta su ventaba y, luego de poyar la mano en el vidrio, la abrió de par en par para dejar salir la mitad de su cuerpo hacia el exterior.

Respiro hondo aquel aire nocturno con los ojos cerrados sintiendo cada molécula de oxigeno en sus pulmones. Abrió sus ojos y le sonrió a la nada

-Bueno, desde hoy comienzo mi vida como una persona mas –soltó nuevamente una risita como si de un niño pequeño se tratara. Recordó que en su “nueva vida” tenía que estar en compañía del pelirrojo. Suspiro pesadamente y llego a la conclusión que mañana seria otro día- Buenas noches estrellas

Cerro la ventana se dispuso a prepararse a dormir pensando en que nuevas cosas le pasarían mañana y en cuantos momentos podría almacenar en su corazón…

Al día siguiente, Yoh se despertó algo desorientado- No esperaba dormir toda la noche... -sacudió su cabeza y decidió levantarse y comenzar ya su día. Faltaban horas para que empezaran las clases, pero él tenía la intención de pasear y conocer un poco las instalaciones aprovechando que no habrían alumnos aún. Con esa idea en la cabeza, se terminó de vestir y salió de su habitación. Desayunó tranquilamente y luego se marchó, olvidando momentáneamente a aquel chico con el que compartía habitación y al que se prometió le ofrecería una disculpa-

Escucho el molesto sonido de su despertador cerca de su cabeza. Tanteo con una perezosa mano hasta dar con él y apagarlo. Se dispuso a volver sumirse en su sueño cuando sonó la alarmas de su móvil. Repitió la acción y lo apago

-solo 5 minutos más…-le pidió a la nada mientras reacomodaba su rostro en la almohada hasta que volvió a sonar su móvil. Era nuevamente la alarma-

Tomo el celular y abrió pesadamente los ojos mientras veía como el aparato cambiaba de luces, vibraba y comenzaba a sonar la, para él, molesta musiquita.

-mmm…Dios…Kaa-san volvió a reprogramar mi despertador…-dijo rascando pesadamente su cabeza en un intento de desesperes arce e incorporándose de su cama. Bostezo y termino de levantarse-

El peligris se cambio de ropa, desayuno y por un segundo casi se duerme cepillando sus dientes, pero pudo resistir la tentación y ponerse en marcha a su salón de clases.

Antes de salir del dormitorio se giro en dirección a la habitación de su compañero pensando en si estaría o no, pero prefirió seguir con su camino aun somnoliento.