Premier Jour (Abierto)

- ... -Yoh suspiró pesadamente mientras miraba las grandes e imponentes rejas de la Academia Seigatsu. Nuevamente se preguntó qué hacía ahí. Si bien en un principio era por cumplir una promesa, ya casi ni la recordaba, y en vez de eso la connotación que tenía la escuela en el ámbito estelar le terminó convenciendo de ingresar. Le parecía un lugar bastante idóneo para continuar sus estudios. Suspiró nuevamente, con su mente ahora despejada y, tomando su mochila, se dirigió a la entrada de la escuela-

Llegando a la amplia construcción (era increíble, la verdad), observó la gran reja que separaba la Academia Seigatsu del mundo. Los amplios jardines que se veían auguraban momentos tranquilos.

A lo lejos vio a un pelirrojo que se dirigía a la entrada. Él no estaba muy lejos de allí, así que armándose un poco de valentía (ciertamente se sentía nervioso, para qué negarlo) se acercó a él, dispuesto a entablar una conversación... y quién sabe, quizá una amistad, lo que sería genial, considerando que no sabía dónde estaba Kanata, su amigo de la infancia.

-Oye, espera... -lo alcanzó- ¿eres nuevo? -le preguntó con una sonrisa.

Al fin había logrado que sus padre lo dejaran salir de aquella molesta casa y poder ir a donde el considerara adecuado.

Estiro los abrazos estirándose y sacando la pereza que traía en sima por el viaje. Camino tranquilamente por el sendero que lo llevaría a la entrada de aquella escuela que ya se alzaba imponente a la distancia. Sonrió y soltó una carajada ahogada pensando en todo lo que podría hacer ahí ya que nadie, salvo su amigo Suzuya, sabia de su condición y nadie le tendría lastima ni lo restringiría de a hacer algo que el deseara.

Llevo su mano a la altura de la boca para ocultar el bostezo que se comenzaba hacer presente mientras caminaba y se adentraba en los campus de aquella academia tan fascinante.

Había quedado de juntarse con su amigo en la entrada, así que comenzó a buscar a alguien de cabello castaño parecido al de Suzuya. Miro de izquierda a derecha hasta que dio con quien buscaba que le hablaba a un chico de cabellos rojizos muy llamativos. Sonrió de lado y camino al encuentro de su amigo.

-Suzuya~ -llamo al susodicho mientras se colgaba de su cuello amistosamente- Yo! Suzuya! Tiempo sin verte! –rio felizmente de haber encontrado al chico, luego dirigió su vista al acompañante de esté- Yo! –levanto la mano como intento de saludo- Un gusto

Ah... -se les quedó mirando. No esperaba ver gente apenas llegara a la academia- Bo-bonjour, es un placer -hizo una pequeña reverencia como su madre le enseñó- Hajimemashite. Me llamo... Henri Samuel Jean Aimée -sonrió ligeramente. No eran muy compatibles en carácter, pero parecían buenas personas. Tal vez incluso podrían ser amigos- Ah, oui, soy nuevo. Iré a segundo año en Observación de Estrellas, ¿y ustedes? -no podía evitar preguntar. En cierta forma, no le importaba mucho el de cabello grisáceo, pero el castaño parecía realmente amable y se relajaría bastante si fuera su compañero de clase. Sería bueno tener una cara conocida.

((Hay una razón por la que Yoh da su nombre francés :U Es por culpa del roleo anterior con Kanata xD -cronológicamente lo de los dormitorios es después de esto xD-))

Pestaño un par de veces aun sobre el lomo de su amigo. Soltó su característica carcajada infantil

-No eres de Japón? –pregunto sin esperar respuesta- Supongo eres de Francia por su acento y claro está el idioma que usaste- Bueno, mi nombre es Nanami Kanata y soy de la misma clase –sonrió alegremente- Espero nos llevemos bien!

Kanata... eh? Enchanté -sonrió ligeramente el pelirrojo- No sé si podamos ser amigos, pero intentaremos llevarnos bien. Y sólo soy parte francés... mi madre es japonesa... Aunque no creo que sea muy importante. -su mirada se volvió fría por un momento-

-noto la reacción gélida del chico y sonrió de lado- N o, no es algo que influya sinceramente –subió y bajo sus hombros quitando importancia.- Bueno, me voy adelantando Suzuya -le anuncio a su amigo- voy a pedir mi habitación. Un… gusto conocerte “Henri”…”Henri” no?

Antes que le respondiera, vio a su amigo Kanata cerca suyo.

-¡Kanata, también! Tanto tiempo -le saludó y con suavidad se lo descolgó del cuello. El chico de pelo rojo se había presentado, y vaya, era francés... y si era francés eso quería decir que sabía de cocina... ¡y así podría tener a su disposición más platillos para preparar!

Escuchó la pequeña conversación entre los dos. Eso le hacía tremendamente feliz. Quería que Kanata socializase con más personas, le hacía muy bien y sobretodo con ese chico, que parecía ser nuevo.

-A mí no me importa eso -que sea mitad japonés y francés lo hace interesante. Escuchó que su amigo se iba- Vale, Kanata, pero no te metas en problemas -le dijo en broma, sabiendo que el otro se enfadaría.

Se dirigió al otro con curiosidad- Y... eh... -no confió en su pronunciación del nombre del chico- ¿cómo es la comida francesa?

Hum... -pensó en una forma de explicarlo- Es buena, pero algo hostigosa. Prefiero la comida japonesa... -miró al suelo como si fuera la cosa más interesante del mundo- También me gusta la italiana y la finlandesa... Aunque cuesta mucho prepararla -se encogió de hombros-

Se quedó un poco decepcionado con la respuesta.

-¿Comida finlandesa? -pensó un poco. Chocó sus manos de pronto- He leído que esa comida es asquerosa... bueno, yo no puedo decir nada. Las comidas asquerosas no existen, sino gente que no le gusta... -siguió andando por el camino que llegaría hasta la puerta de entrada de la Academia- No quiero ser entrometido -le sonrió- ¿pero por qué escogiste este lugar para educarte?

Tienes razón... Supongo que tanta comida francesa en tu vida cansa. La finlandesa no está tan mal; es cosa de acostumbrarse. Es muy especiada. -se quedó pensando- He probado comida de muchas partes, y sé preparar algunas... S'il vous plait, podría ayudarte a aprender... ya que parece que te interesa mucho -sonrió ligeramente- Eres como una madre